Un informe de KPMG detecta que en los balances bancarios aún existen créditos fallidos de un importe de 1,5 billones de euros
La oleada prevista de ventas de carteras de créditos fallidos por parte de los bancos europeos no se ha materializado, según los profesionales especializados en venta de carteras de KPMG. El informe titulado Global Debt Sales Survey 2012, elaborado por el Portfolio Solutions Group de KPMG, muestra que la combinación del dinero barato proporcionado por el Banco Central Europeo (BCE), las dificultades de acceso a la deuda para financiar transacciones, la falta de apetito estratégico por parte de los bancos compradores y unas diferencias, aunque cada vez menores, de expectativas en cuanto a precios han provocado que sigan existiendo créditos fallidos por valor de más de 1,5 billones de euros en los balances de los bancos europeos.
Amparo Solís, socia responsable del equipo de Instituciones Financieras de Corporate Finance de KPMG en España, comenta que “la confluencia de varios factores ha restringido el tan esperado flujo de transacciones en el mercado de las carteras de préstamos. El factor que quizás haya influido más en retrasar el tan necesitado desapalancamiento de los bancos europeos ha sido la inyección, por parte del BCE, de más de 1 billón de euros en operaciones de financiación a largo plazo (LTROs, por sus siglas en inglés) en diciembre de 2011 y febrero de 2012. El Fondo Monetario Internacional afirma que los bancos europeos tienen que reducir sus balances en 2,6 billones de dólares estadounidenses, y el 75 por ciento de esta cifra procederá probablemente de ventas de activos. Sin embargo, el dinero a tres años del BCE ha sido utilizado en gran medida por los bancos para reforzar sus balances a través de carry trades (operaciones de arbitraje de tipos de interés entre monedas) rentables, que han reducido la presión sobre ellos para vender activos no esenciales a precios no deseables”.
Joel Grau, director responsable de asesoramiento en Transacciones de Activos Improductivos y Recobro en el equipo de Instituciones Financieras de Corporate Finance de KPMG en España añade que “existe la opinión generalizada de que el dinero barato del BCE ha reducido la urgencia de vender activos a corto plazo. En relación al tipo de préstamos que se ven afectados, se observan retrasos en las ventas de grandes carteras de créditos hipotecarios para vivienda con vencimiento a largo plazo y préstamos para la financiación de proyectos que no suponen necesariamente muchas pérdidas para los bancos. No obstante, seguimos observando mucha actividad en las carteras de activos no rentables y problemáticos que son caros desde la perspectiva del capital, tales como los inmuebles comerciales, en los que la pérdida de valor para el banco constituye una preocupación fundamental”.
En el estudio también han participado compradores y vendedores del mercado global de venta de deuda a los que se preguntó cuál era su actividad prevista para el próximo año: el 56 por ciento prevé que los créditos al consumo fallidos sean la clase de deuda más negociada en los próximos 12 meses. Joel Grau añade que “los bancos que vendan grandes carteras de créditos al consumo fallidos por valor de miles de millones de euros, combinadas con plataformas de servicios de administración y endulzadas con contratos del tipo forward flow serán cada vez más habituales. Aunque la deuda de los consumidores ha sido desde siempre el activo más fácil de vender, los bancos buscan cada vez más vender distintas clases de activos.
En el Reino Unido y en Europa, por ejemplo, en los últimos seis meses muchos vendedores se han centrado en la venta de inmuebles comerciales, créditos hipotecarios para vivienda y apalancados mediante operaciones seguras y estructuradas. Es más, también están entrando en el mercado activos más complejos y con vencimientos más largos, como los préstamos para la financiación de infraestructuras y de transporte”.
En el informe de KPMG se identifican siete factores principales que están impulsando el mercado global de venta de deuda:
Long- term refinancing operations (LTROs, por sus sigles en inglés): El dinero barato del BCE ha reforzado los balances de los bancos en el corto y medio plazo y les ha permitido a algunos retrasar las ventas de activos y prolongar las negociaciones de reestructuración.
Expectativas en cuanto a precios: Por razones diversas, sigue existiendo un diferencial de precios entre comprador y vendedor en la mayoría de los mercados y en la mayoría de las clases de activos, aunque éstas diferencias se están reduciendo.
Apalancamiento: Cada vez son más los bancos externos dispuestos a ofrecer financiación a compradores, aunque la financiación a vendedores sigue siendo la excepción y no la regla.
Nuevos participantes: Han entrado una serie de nuevas entidades en los mercados de compra de deuda, especialmente grandes bancos y fondos estadounidenses que buscan oportunidades de adquisición en Europa, particularmente en el ámbito de inmuebles comerciales y créditos fallidos.
El vencimiento, el rendimiento y la calidad crediticia: Junto con la disponibilidad de fondos, están impulsando el interés y los precios de las ventas de carteras de créditos rentables, algo que ha llevado a inversores a más largo plazo, como los fondos de pensión y las compañías aseguradoras, a convertirse en compradores de préstamos bancarios.
Basilea III: Para mejorar las ratios de capital y ajustar sus balances, los bancos europeos podrían reducir sus balances en 2,6 billones de dólares estadounidenses hasta finales de 2013, algo que probablemente sea un factor principal de desapalancamiento.
Más de 1,5 billones de euros en créditos fallidos siguen existiendo en los balances de los bancos europeos y más de 600 mil millones de euros solo en el Reino Unido, España e Irlanda.
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Global Debt Sales 2012 está disponible en inglés a través del siguiente enlace.
Publicado en: diariojuridico.com