Los juicios paralelos: un problema clásico magnificado por la red
Todos tienen derecho a la presunción de inocencia, dice la Constitución. O lo que es lo mismo: cualquiera es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero cuando ya te han llamado asesino, ladrón o corrupto en todos los medios y todo el mundo te ha declarado culpable desde su cuenta de twitter, inocente del todo nunca podrás serlo, no importa lo que diga el juez. Al final siempre quedará la sospecha y el estigma.
Las redes sociales han magnificado este conflicto entre la libertad de información y expresión, la presunción de inocencia y el derecho a la intimidad. Ya sea por el anonimato, la sensación de ser uno entre muchos o por convicción, el caso es que las redes sociales se convierten en el vehículo de miles de cuidados anónimos para expresar su opinión sobre asuntos judiciales y, a veces, para vulnerar la presunción de inocencia, el honor o la intimad de los procesados. Basta con buscar el nombre de algún acusado de corrupción para sentir la indignación ciudadana en todo su esplendor.
¿Se debería restringir de alguna forma lo que se dice en las redes sociales? ¿Prohibir el anonimato? ¿Se puede llegar a controlar algo tan masivo? ¿Sería peor el remedio que la enfermedad?
Sin embargo, no se trata ni mucho menos de un problema restringido a las redes sociales. A menudo, los instigadores de los juicios paralelos no son otros que los medios de comunicación en pos del titular más espectacular. Que se lo digan a Diego, el inocente de mirada asesina de la portada del ABC, que se puede ver en la imagen. Poco después de la publicación de esta portada los informes médicos le exculparon completamente.
A veces, además de un juicio paralelo lo que ocurre es una sobreexposición de un determinado caso sometido a investigación judicial, ofreciendo cualquier dato ya sea cierto, medio cierto o directamente falso. ¿No son confidenciales las historias médicas de los pacientes? Sin embargo, todos conocemos las enfermedades mentales de la madre de Asunta. Además, cuando se constituya el jurado popular éste se habrá pasado meses viendo fotos de la niña.
La irrupción digital también ha afectado a los medios. Primero porque los medios digitales viven debajo de una presión constante por publicar la información inmediatamente y eso afecta al rigor y la reflexión. Segundo, porque cuando algo ya se ha publicado en internet y distribuido en las redes sociales es fácil pensar que no tiene ningún sentido no publicarlo. Y tercero, porque la competencia está empeorando los resultados de la mayoría de medios de comunicación y eso lleva a publicar los asuntos que mayor interés despierten en el lector más allá de su interés periodístico real.
Hay que tener en cuenta además que algunas de estas informaciones son directamente ilegales porque muchos de estos casos están bajo secreto del sumario. La violación del secreto de sumario está penada por el artículo 466 del Código Penal pero pocas veces se investigan porque son casos incómodos, sobretodo cuando la filtración proviene directamente de los funcionarios encargados de la investigación.
Los secretos del sumario se decretan para permitir que la investigación funcione mejor y no influenciada por lo que se va publicando. Al final, es imposible determinar si un juicio paralelo afectará o no el devenir de un procedimiento judicial pero lo que está claro es que supone una gran presión para los profesionales de la Administración de Justicia tomar decisiones sometidas a juicios mediáticos, y no precisamente por su rigor jurídico. Por lo tanto un juicio paralelo es una doble amenaza: actúa sobre los derechos fundamentales del procesado -honor, intimidad y presunción de inocencia- y sobre el correcto funcionamiento de la Administración de Justicia.
¿Se debe afrontar este problema? ¿Es posible controlarlo sin restringir sustancialmente la libertad de prensa y de información?
Como medio digital dedicado al derecho, Diario Jurídico ha considerado los juicios paralelos un tema de debate idóneo para los actos de presentación de su nueva web, que tendrán lugar en Barcelona y Madrid la semana que viene.
En el acto de Barcelona, que se celebrará el próximo martes 1 de Julio en el Colegio de Abogados de Barcelona, intervendrán como ponentes el vicepresidente del Consejo General de la Abogacía Española Pere Lluís Huget; el abogado experto en derecho de las TIC Xavier Ribas; el juez de lo Social en Barcelona y miembro de la Asociación Jueces por la Demoracia, Xavier Gonzalez de Rivera y la periodista especializada en nuevas tecnologías, Gina Tost. El debate estará inaugurado por la vicedecana del Colegio, Rosa Maria Barberà y moderado por el consejero delegado de Diario Jurídico, Marc Basté.
Por su parte, el coloquio se celebrará en Madrid el jueves día 3 en el Salón de Actos del ICAM. Los ponentes serán Ignacio Peláez Marqués, ex fiscal y socio director del despacho Peláez y Asociados; Manuel Núñez Encabo, presidente de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de FAPE y María Jesús González-Espejo, consultora y socia directora de Emprendelaw. El acto será inaugurado por la decana del Colegio, Sonia Gumpert.
Algunos casos célebres
Madeleine
La exposición mediática del caso provino inicialmente de la familia en su afán para encontrar a la pequeña pero cuando se filtró a la prensa que una de las líneas de investigación apuntaba a los padres de la pequeña, estos fueron carne de tabloide inglés todo un verano. Los padres llevaron a juicio por injurias al The Express Newspaper Group, propietario de algunos de estos tabloides, y en 2008 consiguieron una indemnización de más de un millón de dólares y que todos se retractasen públicamente.
Bárcenas
Todos hemos visto los sms personales mandados por el ex tesorero del PP a Mariano Rajoy e incluso fotos de Bárcenas en la cárcel. Aunque el caso tiene sin ninguna duda un gran interés público que justifica que los medios lo cubran en detalle, el derecho a la intimidad también debe respetarse.
Marta Domínguez
Fue acusada de pertenecer a una red de dopaje en la Operación Galgo. Logró probar que era inocente pero no sin antes tener que soportar un duro juicio mediático.
Jesús Vázquez
En 1995 Jesús Vázquez y otros famosos fueron acusados de acostarse con menores prostitutos a raíz de las declaraciones de varios menores en el llamado caso Arny. Finalmente él y la mayoría de acusados fueron absueltos pero el caso estuvo en todos los medios durante meses.